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Escritos sobre Historia, de Héctor J. Iaconis

HISTORIA DE 9 DE JULIO

Una publicación italiana a fines del siglo XIX

 ** Por Héctor José Iaconis

Al emprender una investigación histórica relacionada con la evolución cultural e intelectual en 9 de Julio, una de las primeras fuentes –por así llamarlas- a las que se recurre, son los textos, libros o publicaciones periódicas con que el público lector se nutría. No es tan sencillo, en nuestro tiempo, acceder a ese valioso material, pues, no todo ha logrado preservarse; o, muchas veces, lo conservado puede no aparecer tan pertinente en el contexto de los estudios realizados.

De la primera biblioteca popular, lamentablemente, no existen volúmenes, en instituciones oficiales, claro está, ni tampoco los catálogos desde donde lograr reconstruir el contenido de ese acervo. Algunos años después de ser cerrada, los libros de la Biblioteca Pública del 9 de Julio fueron destinados a formar otra, pero fuera del partido de 9 de Julio.

Aún se conservan, sin embargo, una sensible cantidad de libros, que pertenecían a la Biblioteca “Florentino Ameghino”, del Colegio Cavallari, los cuales forman parte de los fondos bibliográficos de las bibliotecas “José Ingenieros” y de la Escuela Normal Superior, en su mayor parte. Entre estos, han sobrevivido algunos escasas piezas de la antigua Biblioteca “Sarmiento”, formada a instancias del Circolo Italiano.

También, quizá en menor escala, comparado con los otros, existen algunos ejemplares del siglo XIX en la Biblioteca de la Escuela Nº 1 “Bernardino Rivadavia”, de esta ciudad. Es de recordar que esa biblioteca, fundada con el nombre de “Bartolomé Mitre”, fue fundada a principios del siglo XX.

Proveniente de colecciones particulares existe un destacable material, digno de ser consultado, en los anaqueles de la Biblioteca Popular “Anastasio Prieto”. Desde una edición castellana de la obra de Voltaire, encuadernadas por un destacado hombre público de 9 de Julio hasta publicaciones menores, editadas desde un siglo hacia atrás.

Aún así, frente a ese cúmulo de libros antiguos, muchos de ellos de lectura corriente entre los vecinos instruidos, no puede negarse lo escaso de estos, al ubicarlos en el marco teórico de una investigación histórica.

 

LAS PUBLICACIONES PERIÓDICAS

En otros artículos hemos referido acerca del triste camino transitado por los archivos de los periódicos editados en el siglo XIX, en 9 de Julio. Nos sobrarían los números de la primera decena sin deseáramos computar los tomos completos que pudieran hallarse en instituciones públicas de la ciudad, pues no es olvidar que las manos privadas atesoran una buena parte de nuestro patrimonio histórico-documental.

En realidad, más allá de algún tomo encuadernado, sólo se conservan ejemplares sueltos de los impresos aquí antes de 1900.

 

“L’ITALIA ILLUSTRATA”

Debe recordarse que, en el siglo XIX, como durante gran parte del siguiente, el entonces pueblo de 9 de Julio se hallaba poblado por un número importante de inmigrantes. De ahí que, entre ellos hallan circulado algunas publicaciones, editadas en las grandes ciudades, y escritas en los idiomas de origen.

De entre aquellas, aún se conservan ejemplares (correspondientes al período 1896-1899) de dos publicaciones italianas, enviadas a  9 de Julio por medio de suscripciones: el periódico (giornale) “L’Italia al Plata” y la revista “L’Italia Illustrata”, suplemento mensual del anterior. Si bien no eran redactadas por cronistas nuevejulienses, debieron influir en la formación e información de los  italianos radicados aquí; en primer lugar, por el alcance del lenguaje nativo; luego, por el nivel periodístico, para la época, de las ediciones.

“L’Italia Illustrata”, en la que nos detendremos brevemente, era una publicación de dieciséis páginas, remitida como obsequio a los suscriptores de “L’Italia al Plata”. Su primer número apareció en Buenos Aires, el 16 de enero de 1896, dirigida por G. Gobbi Belcredi.

En sus páginas abundaban notas de actualidad, numerosas ilustraciones, columnas de opinión, espacios poéticos y pensamientos breves, y una sección “Corriere della Moda”, dedicado a la mujer.  Además, eran revisados, con amena redacción y singular simpleza, los acontecimientos vividos entonces, tanto dentro como fuera de Italia.

En el primer número, habían dejado sentados sus objetivos: “Essa non si ocupa di política, ma di moda; essa non presenta gli artigli affilati della polemica, ma s’insunua con la letteratura amena...”. Precisamente, la mayor ambición de quienes editaba “L’Italia Illustrata”, según su propia palabra, era “quella cioè de riuscire utile il più che è possibile alle famiglie”.

Lejos de ser esta una fuente indispensable, sus ejemplares puede aportar una idea más o menos clara acerca de  la lectura que llegaba a manos de la colectividad italiana, a fines del siglo XIX... Brindar, incluso, si se quiere, un claro panorama de la realidad histórica de esa patria lejana, las preocupaciones y los anhelos de sus habitantes, sin dudas, también experimentados por los hijos afincados en estas tierras.

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